(ANS – Santiago) – El P. Michal Vojtáš, SDB, Director del Centro de Estudios “Don Bosco” en la Universidad Pontificia Salesiana (UPS), en Roma, reflexiona sobre las claves para educar desde la presencia, vínculo y comunidad a una generación marcada por la soledad y la era digital.
El salesiano analiza la evolución y cambio en el acompañamiento salesiano, destacando elementos que permanecen como pilares inalterables y aquellos que requieren una nueva interpretación.
Enfatiza que el método de Don Bosco con-serva una estructura esencial: “El inicio del acompañamiento es desde un momento de acogida del joven, en su situación concreta”, la que, sin embargo, no es pasiva.
“Don Bosco hace un desafío para el desarro-llo del joven con una acogida combinada que produce una dinámica educativa”. Este proce-so, afirma, culmina en la creación de un pro-yecto de vida, sostenido no solo por un indi-viduo, sino por toda la comunidad educativa.
“El punto central y de partida es la amorevo-leza, es la acogida del joven así como es”. Subraya, además, que aunque las formas de dialogar cambien con la cultura y época, la acogida es un gesto humano y universal que permanece.
Nuevos desafíos
Si en épocas pasadas el principal reto era la instrucción, hoy el panorama es diferente. “Ahora está el desafío de la soledad de los jóvenes, de poca orientación, falta de sentido de la vida, también los retos de la época digital”.
Este nuevo contexto exige adaptar las estra-tegias de acompañamiento para responder a una necesidad fundamental de conexión.
El P. Vojtáš presenta una visión equilibrada sobre la inteligencia artificial, indicando que el principal peligro es la sustitución de la pre-sencia humana: “Es un riesgo cuando noso-tros, como educadores, no estamos ni somos presentes y, en cambio, la inteligencia artifi-cial se vuelve el acompañante verdadero”.
El sentido de comunidad
Reconoce el enorme potencial de la tecno-logía si se utiliza correctamente: “Una visión positiva de la inteligencia artificial es que po-demos gestionar mejor nuestro uso del tiem-po, acercarnos a nuevos procesos de apren-dizaje, planificación y, en definitiva, tener más tiempo para obtener un acompañamiento ver-dadero en el nivel humano”.
La solución a esta crisis de soledad y senti-do que viven los jóvenes sigue estando en la comunidad y encuentro personal. Su llamado para ellos es a la valentía y acción: “No tengan miedo de entrar en las relaciones humanas y pedir ayuda”.
A los educadores también les recomienda que “estén disponibles para la escucha, el con-tacto informal en el patio y la apertura a los jóvenes”.
Es precisamente en esa cercanía donde “se comparte un ideal salesiano de una vida de co-munidad y relaciones que enriquecen a todos”.
Por Joaquín Castro,
periodista