Instituciones Salesianas de Educación Superior
  • Español
  • Inglés
  • Italiano
  • Portugués, Brasil
150th anniversary of the foundation of the Daughters of Mary Help of Christians Institute.

150th anniversary of the foundation of the Daughters of Mary Help of Christians Institute.

 

(Roma, Italia) – La fecha del 5 de agosto de 1972 es una fecha de gracia y un evento de fuerte comunión para todas las Hijas de María Auxiliadora del mundo. En vistas al 5 de agosto de 2022, a 150 años de este día de memoria y de futuro, de gratitud y de fidelidad, Sor Piera Cavaglià, Secretaria General emérita del Instituto FMA, comparte algunas reflexiones sobre el aniversario.

 

Hacer memoria y abrir el corazón a la esperanza

En el Acta de la Fundación del Instituto hay una frase que no deja de hacernos meditar: “Hay un montón de circunstancias que demuestran una providencia especial del Señor para este Instituto” (Cronohistoria I, 315). En esta fiesta revivimos la memoria de todo lo que Dios ha obrado en el Instituto en 150 años y nos abrimos por esto a la esperanza, porque Su amor es eterno y es siempre nuevo. Este recuerdo se convierte en la “estrella de la esperanza” también para cada una de nosotras, que tiene su propia historia personal de salvación, de la cual hace realmente tesoro, siempre teniendo en cuenta la memoria de las grandes cosas que ha logrado en la propia vida, para tener confianza: su misericordia es eterna.

 

La fuerza de las raíces

No nos cansemos de volver a las fuentes, de saciarnos en la fuente fresca y restauradora del Carisma: Mornese, donde radica nuestro futuro. Si no estamos bien enraizadas en aquella tierra no podemos dar fruto. Lo escribía Madre Mazzarello a sor Angela Vallese, a propósito de sor Vittoria Cantù:

 

“Con Sor Victoria hace falta que tengas paciencia y que le transmitas poco a poco el espíritu de nuestra Congregación. Todavía no puede haberlo asimilado porque ha estado muy poco tiempo en Mornese. Me parece que si sabes ayudarla, tendrá éxito” (Carta 25, 3)

 

El sentido de nuestra vida y su fecundidad está en el “mantenerse unidas a la Vid” para dar fruto. El fruto que el Instituto está llamado a dar es el sello del “espíritu de Mornese”. En cualquier nación a la que pertenezcamos, cualquier edad que tengamos, cualquiera que sea el servicio que se nos confíe, sabemos que continuamente debemos “volver a Mornese“, para espejarnos en la santidad genuina de Madre Mazzarello y de muchas hermanas. Cuanto más se viven en fidelidad las Constituciones, más se vive y se da testimonio del “espíritu de Mornese”.

 

El clima espiritual en el que ha sido fundado el Instituto

Sobre la base de las fuentes históricas y carismáticas, acerquémonos a la celebración de la fundación del Instituto en Mornese, el 5 de agosto de 1872, para captar allí “el clima” y releer el evento a la luz de la vida del Instituto hoy.

 

Clima eclesial

La presencia del Obispo en la fundación del Instituto de las FMA, confirmada por la firma en el Acta de Fundación, sella el horizonte eclesial en que nace. La “tierra” donde ahondaba las raíces el pequeño grupo de Hijas de la Inmaculada era la parroquia, la Diócesis: había empezado el 9 de diciembre de 1855 ( a un año de la proclamación del Dogma de la Inmaculada) en la parroquia y el 31 de mayo de 1857 había sido aprobado oficialmente por el Obispo.

 

Las primeras FMA se hallan implicadas en el gran “sueño” de Don Bosco: “”Yo debo procurar que la sangre de Jesús no se derrame inútilmente, tanto para los jóvenes como para las niñas” (MB VII 218).

 

Ratificando de su puño y letra la elección de la Madre Mazzarello en 1880, Don Bosco escribe:

 

“Ruego a Dios que en todas [las FMA] infunda el espíritu de caridad y de fervor, a fin de que esta nuestra humilde Congregación crezca en número, se extienda en otros y otros más remotos países de la tierra.” (Orme di vita tracce di futuro D 118).

 

Las personas consagradas serán misioneras ante todo profundizando continuamente la conciencia de haber sido escogidas y llamadas por Dios a hacer visible su presencia en el mundo (cf VC 25).

 

Clima pascual

El Instituto FMA ahonda las raíces en el misterio pascual de Jesús, con Su pasión, muerte, resurrección. Nace y es fecundo en el signo del sufrimiento. Las primeras FMA son pobres, criticadas, desafiadas por malentendidos y muy pronto por enfermedades, deserciones, muertes prematuras. Don Bosco las observa conmovido el día de la Fundación y las ayuda a insertarse en la lógica del misterio pascual con la metáfora del nardo:

 

“Entre las plantas muy pequeñas hay una muy olorosa: el nardo, a menudo mencionado en la Sagrada Escritura. (…) Pero, ¿sabes lo que se necesita para que el nardo huela bien? Debe estar bien golpeado. Que no te haga arrepentirte, por lo tanto, de tener que sufrir. Quien sufre por Jesucristo, con Él reinará eternamente. (…) Sì, yo os puedo asegurar que el Instituto tendrá un gran futuro si os mantenéis sencillas, pobres, mortificadas” (Cronohistoria I 305).

 

La palabra “ánimo”, repetida con frecuencia por Madre Mazzarello, es pronunciada sobre una experiencia que tiene realmente necesidad de fortaleza y de ánimo.

 

Clima mariano

¿Por qué para iniciar el Instituto femenino Don Bosco escoge el camino de Mornese? Además de la sencillez de aquellas mujeres jóvenes, la dedicación generosa y sacrificada a las muchachas del pueblo, la vida comunitaria, el ardiente amor a Jesús, hay un intenso amor a María. Donde está María hay futuro y Don Bosco se centra en el futuro.

 

La primera Casa se llama “Casa de María” como quiso definirla Madre Mazzarello. En Mornese, como en Nizza, María no es una invitada, es la anfitriona de la casa. Se la considera directora, guía, madre. A ella se confían las llaves de la casa y del corazón de las personas. Se experimenta su protección y su ayuda.

 

El nombre del nuevo Instituto es símbolo de una identidad: Hijas de María Auxiliadora, monumento vivo de gratitud.

 

La misión educativa de María está en relación directa con su maternidad espiritual hacia la humanidad entera. María, como Madre, está llamada a generar en nosotras la imagen del Hijo, o sea, la identidad más profunda que nos ha sido comunicada por el Padre, en Cristo, por medio del Espíritu.

 

El 5 de agosto todas las FMA se sienten profundamente unidas a la Madre General, a las hermanas del Consejo, a las FMA de los 5 Continentes, como Familia toda de María, que prolonga en la Iglesia el amor de Don Bosco y de María Domenica Mazzarello por los/las jóvenes, los pequeños y los pobres.

 

Fuente: Istituto Figlie di Maria Ausiliatrice