(Universidad Católica Silva Henríquez, Santiago de Chile) – La señora Juanita Bustos llegó muy temprano hasta el Centro Comunitario Carol Urzúa para resolver una duda que tenía con su audición. Rápidamente fue atendida por los estudiantes de Fonoaudiología de la Universidad Católica Silva Henríquez y el resultado la dejó más que tranquila. “Fue una atención muy importante para mí, ya que no cuento con el dinero para poder recibir estas atenciones. Me dijeron que estoy muy bien, que no tengo a simple vista problemas y yo pensé que estaba quedándome sorda, pero ellos me dijeron que sólo es producto de la edad y que estoy escuchando un poco menos. Es un operativo muy bueno para nosotros los adultos mayores”.
Experiencias como las de la señora Juanita se repitieron durante toda mañana del viernes 8 de julio, donde las carreras de Fonoaudiología, Kinesiología y Enfermería de la UCSH, pudieron prestar una ayuda concreta en materia de prevención de salud.
Cuidado de oídos y de la voz
En el caso de la carrera de Fonoaudiología, los estudiantes trabajaron con la estimulación cognitiva para adultos mayores, donde entregaron información acerca del deterioro cognitivo asociado al paso del tiempo y la edad. Asimismo, entregaron información sobre los cuidados de la voz, también en personas mayores y un tercer campo de Audiología, donde realizaron otoscopías, que es una encuesta de percepción de hipoacusia y de indicaciones sobre cómo cuidar la audición, sobre todo en tiempo de invierno o el famoso uso del cotonito que también es muy peligroso.
Sobre lo anterior, Ricardo Cartajena, Coordinador Académico de la carrea de Fonoaudiología, señaló que para los estudiantes la jornada fue un tiempo muy bueno y quedaron muy satisfechos,
“porque son pocas las instancias que tienen para desarrollar esto y conversar con personas, no necesariamente una evaluación auditiva, sino que conversar con una persona y recibir consultas o inquietudes acerca de la salud comunicativa auditiva. Entonces se han manejado solos, los profesores estamos solo apoyando su trabajo y esto permite que los estudiantes aprendan el manejo con las personas y puedan entregar un servicio a la comunidad”.
Prevención en la parte física
Para Jorge Ugarte, Académico de la Escuela de Kinesiología, la jornada fue muy provechosa, ya que generó una instancia de promoción, prevención de salud y de educación a las personas, donde los usuarios -en este caso que son personas mayores- pudieran resolver sus dudas. En el caso de la escuela de Kinesiología, los estudiantes realizaron una evaluación funcional sobre el riesgo de caída, que es una problemática que afecta a gran parte de la población adulta mayor en Chile con cerca de un 30%.
“La idea es que los estudiantes empiecen a tener un acercamiento más real sobre lo que es la atención a personas, a entrevistar, hacer pruebas, que es finalmente lo que se hace en el mundo clínico real. Las prevalencias de estas lesiones son altas, recordemos que en Chile la tasa de envejecimiento cada vez es mayor, por lo tanto, el profesional tiene que estar acostumbrado a tratar este tipo de lesiones en este grupo etario”, enfatizó Jorge Ugarte.
Una gran oportunidad
Tiare Aceituno, de Cuarto año de Kinesiología, fue parte de los estudiantes que pudieron tener un contacto directo con los usuarios.
“Fue una oportunidad fenomenal. Han sido cuatro años que llevo estudiando Kinesiología y me siento muy feliz de poner en práctica todos mis conocimientos y ser un aporte para la comunidad que es lo que buscamos siempre, poder prevenir y atacar enfermedades y rehabilitar qué es lo que hacemos nosotros. Estoy acostumbrado a trabajar con los usuarios y siempre me ha tocado personas muy simpáticas que me atiende muy bien como parte de su familia. Estoy muy agradecida por la oportunidad”
Experiencia única
Finalmente, Pamela Alarcón, Docente de la Escuela de Enfermería del Área Comunitaria, explica que una de las cosas más importantes para los alumnos es la interacción que tienen con la comunidad. “Pueden vivir en carne propia lo que significa ejercer un rol de promoción con la comunidad desde su rol como enfermero, promocionando un estilo de vida saludable, pudiendo detectar factores de riesgo como la Hipertensión o la Diabetes”, advierte.
“Entonces, los chicos son capaces de vivenciar desde su experiencia, con una comunidad real y a la vez, incorporar sus aprendizajes en ellos de una manera más práctica. Para nosotros significa un gran logro, porque se nos da la posibilidad de ampliar las experiencias de ellos como estudiantes. No sentimos muy feliz y contentos de trabajar en comunidad. Estamos dándole un sello a nuestros estudiantes por lo tanto nos sentimos satisfechos con eso”, agradeció Pamela Alarcón.